Estoy cansado de la mala política que ultimamente se ha convertido en una plaga, casi imposible de erradicar, y haciendo un parentesis me estoy recordando de mi país el Ecuador que teníamos cuando eramos niños.
Existían muchas leyendas en nuestras ciudades , crecimos rodeados de ellas, era las que nuestros padres usaban para asustarnos cuando nos portabamos mal, y realmente trabajaba, por que el temor hacía que nos portasemos bien, y así pululaban en ese entonces muchas leyendas, como la de los gnomos, los nahuales, la viuda del tamarindo, la viuda del mate, la dama tapada, el chiquito Luis, Yoyo Tintín Valentín, la María Angulo, el burro del panadero, la carreta de la muerte, el machetero del jockay, y muchos otros. Hoy voy a contarles la leyenda del duende enamorado o el duende del sombrerón.
EL DUENDE DEL SOMBRERÓN
Dice la leyenda que se aparecía como un hombre muy guapo y muy bien vestido y que su dentadura así como sus efectos personales todos eran de oro, se acercaba a los balcones de las casas, y enamoraba a las muchachas, a las que impresionadas con su belleza y elegancia así como su apariencia de hombre muy rico, dicen que usaba un lenguaje muy florido y era muy versado en poesía, su labia era tan peculiar que no había muchacha que se le resistiese, lo malo era que después de la primera visita generalmente las muchachas desaparecían y no se las volvía a ver más, con estos susesos se creó una frase que decía »
Los balcones de las casas,
son estancias peligrosas
para los padres que tienen hijas hermosas.»
Nunca se supo de que se encontrara alguna muerta, o algo así, sencillamente no se las volvía a ver.
Se cuenta de una muchacha que no se dejó subyugar por la belleza de el galán o por su riqueza, y cuando fué despreciado, se fué corriendo y sólo se vió en medio de una gran humarada a un ser pequeñito con un gran sombrero, que se alejaba con una sonora carcajada macabra, y así nació otra frase:
«Si tienes frondoso pelo negro,
no te acerques al balcón,
por que después de las 9 de la noche
viene el duende sombrerón».